EL CAMINO DEL JACARANDA

Sentia, en su rostro, la suave caricia del aire, mezclado con el aroma de las flores de los Jacarandaes, que dibujaban un camino iluminado de lilas y amarillos sol, le llevaba de las narices al camino del encuentro tan anhelado.Habia andado bastante! Le decian sus pies adormecidos por calzar esas zapatillas que, aunque no eran de su talla, se habia encaprichado en lucir.Porque……..Pensaba: “ debo ir sencilla pero apreciable “ y le costo dias de medidas de ropa sport deslucida, y……..tuvo que pedir prestadas las Niké 36 negras que encapsulaban sus pies 37. “ Cuando duelen los pies se nota en la cara “, pensaba! Debo mejorar mi expresión, poner diafano mi rostro, al fin y al cabo, que es mas importante: ser feliz o parecer serlo! Y rio desenfadada , como una niña!No podia demostrar que habia fracasado! Después de todo, no se iba a dar cuenta, porque , al menos le habia enviado las revistas en donde habia sido tapa.¡ Cuantos años! Todavía saboreaba los caramelitos de miel y menta y el calorcito de la cremita que ella le pasaba en el pecho , con la plancha opaca de tanto trabajo , sobre ese trapito blanquecino que siempre olia a eucaliptus; habia sido una niña con demasiados resfriados y esa tos!, que aun hoy, aparecia en los principios de sus tristes otoños.Y ahí estaba su madre! , sentadita, empequeñecida por los años y la mirada opaca, firme y encerrada en esos ojos, que vieron pasar la vida de lado. Llevaba zapatos chatos, usadisimos, resquebrajados, medias palidas como su rostro y como siempre, faldas a la rodilla, del mismo color, que las ultimas que le habia visto lucir en el anden , en aquella despedida tan lejana!.Sus manos…! Cuantas veces necesito esas manos! Sobre su frente, sobre su pecho, entre sus manos! Esas manitas pequeñas, con muchas pecas , entrelazados los dedos como repulgue! Estaban ahí! Con su tibieza! Esperandola!Presintió la llegada de su hija! Levanto su cuerpo que estaba prolijamente sentado en el banco, y no era erguido! … igual que su busto, perdido entre las costillas y el escote, desarmada, casi intactas sus manos, pero venosas!La joven la vio, no la miro! …camino , pasos mas largos, casi al trote hasta su madre que levemente podia llegar a pasitos de suela de goma lisa. Y desplomo su cuerpo sobre el pequeño y estremecido embalaje que llevaba su alma.Y se encontraron y las almas se conectaron en la dimension del amor y la sinceridad interior. Y no hubo palabras, ni justificaciones, no hicieron falta explicaciones de gloria y extravagantes aventuras en la gran ciudad; no hacia falta!Tomo una rosquilla que le ofrecio con la sonrisa adquirida de la madurez y la humildad de haber pagado todas las facturas de la vida misma, y se marcharon, por el camino pintado por las flores de los jacarandaes, sin ofrecerse nada mas que sus manos entrelazadas y las verdades de las almas, que nunca se habian despedido.