
El castañeteo de la ojalata sobre el abultado bolsillo no decia hasta ese momento nada. Atras habian quedado los instantes del brillo siestero. las dadivas no dadas al manco insistente. El arrullo incesante de la botiva le quemaba en el bolsillo. El cigarrillo de El Cairo ahondaba el cafe....El manto de la picardia de otra ciudad le habia abierto una vez la pesada puerta cerrada. Sus ojos se posaban en plenilunio y su mirada parecia comprender que aparecia el complice no deseado pero si aceptado. Desanduvo con temeridad los dos escalones que separaban injustamente y sintio otra mano como la de el. le daba la despedida con gusto a bienvenida.
Juan. se paro y busco no encontrarse con el paisaje lejano del adios . y se arrullo en petalos de su magnolia. ataviada para el.
Entremezclaron una vez mas sus mariposas. y juntos recorrian el pequeño espacio de placer entre el amor y el boleto. Una vez mas sus salivas se mezclaron. el rubor de los almizcles nuevos. y la ventanilla que lo esperaba sin espera.
Todo se resumia en el pecho de el y quedo para siempre: ROSARIO EL CAIRO. Mirrrrrrrrrr ............a las 13:06.
Juan. se paro y busco no encontrarse con el paisaje lejano del adios . y se arrullo en petalos de su magnolia. ataviada para el.
Entremezclaron una vez mas sus mariposas. y juntos recorrian el pequeño espacio de placer entre el amor y el boleto. Una vez mas sus salivas se mezclaron. el rubor de los almizcles nuevos. y la ventanilla que lo esperaba sin espera.
Todo se resumia en el pecho de el y quedo para siempre: ROSARIO EL CAIRO. Mirrrrrrrrrr ............a las 13:06.
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